Al rato me dí cuenta de que algo no iba bien, no se copiaba la imagen, a si que cogí otra imagen y seguía sin copiarse. Esto era totalmente normal, no me acordé de que esa imagen tenía que fotocopiarla para que la tinta se quedase copiada en la camiseta.
La camiseta anterior ya estaba guarreada por todos sitios a si que cogí otra.
Ya solo quedaba copiar y copiar.
Después la pinté con retuladores permanentes y pintura acrilica.
Ha sido una experiencia bastante buena. Desde mi punto de vista, es una actividad que le encantarían hacer a los niños, ya que hacen algo a su gusto, desarrollan la imaginación y es muy entretenido.
Después de esta actividad, creo que puedes ahorrar muchísimo dinero y reciclar que nunca viene mal.
Espero no hacerme adicta a hacer camisetas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario